La utilización de sistemas aéreos no tripulados (UAS) por parte de agentes no estatales se ha convertido en un problema de seguridad mundial que trasciende las fronteras geográficas y los conflictos. Según una investigación reciente de Chávez y Swed (2023a), más de 65 organizaciones criminales, insurgentes o terroristas poseen actualmente la capacidad de desplegar drones. Esta amplia adopción subraya el papel fundamental que desempeñan los drones en la guerra moderna y en las violaciones de la seguridad. Pero los incidentes relacionados con el uso de drones por parte de estos grupos no se limitan a las zonas de conflicto activo. Estas actividades están dispersas por todo el mundo, lo que indica que la amenaza de los ataques con drones es generalizada y no se limita a las regiones devastadas por la guerra. Esta distribución generalizada de los incidentes con drones pone de relieve el carácter universal del desafío al que se enfrenta la seguridad nacional.

Figura 1: Ejemplos de ataques con UAS en los que han participado grupos armados no estatales, incluso con fines relacionados con el terrorismo - Fuente: Informe mundial sobre la adquisición, el armamento y el despliegue de sistemas aéreos no tripulados por grupos armados no estatales con fines terroristas

Consejos para el lector

  1. Adoptar un enfoque multicapa para contrarrestar los UAS: la combinación de técnicas de detección, identificación y neutralización será crucial para garantizar una protección integral.
  2. Colaborar a escala internacional: La naturaleza global de la amenaza de los drones exige la cooperación transfronteriza, el intercambio de inteligencia y de soluciones tecnológicas.

Los grupos armados no estatales se abastecen principalmente de drones en los mercados comerciales, como se señala en varios estudios. Diseñados inicialmente para uso civil, estos drones suelen modificarse y mejorarse para adaptarlos a fines ofensivos, lo que amplía su potencial de amenaza. Esta tendencia a adaptar la tecnología de consumo para el combate ilustra la innovación y el ingenio de estos grupos, que integran los drones en sus arsenales militares más amplios, utilizándolos para reforzar sus objetivos operativos y estratégicos.

El uso estratégico de drones por parte de actores no estatales pone en tela de juicio la noción tradicional de poder aéreo como símbolo de soberanía y autoridad estatal. A medida que estos grupos siguen desarrollando sus capacidades en materia de drones, requieren competencias tecnológicas y perspicacia táctica, lo que plantea importantes retos a los ejércitos estatales. Estas fuerzas deben desarrollar contramedidas especializadas para mitigar eficazmente las cambiantes amenazas de los drones. El empleo de drones por parte de agentes no estatales es una cuestión compleja que abarca varias dimensiones: militar, estratégica y simbólica. Exige una atención especial y la cooperación internacional para comprender plenamente y contrarrestar este desafío en evolución. Las diversas formas en que estos grupos utilizan los drones subrayan la necesidad de un enfoque matizado para comprender y combatir esta amenaza a la seguridad mundial.

Centrarse en la amenaza inmediata de los UAV: ISR

Cuando se habla de los peligros potenciales que entrañan los aviones no tripulados, a menudo se recurre a escenarios extremos en los que se utilizan aviones no tripulados como armas y se teme que se lancen armas de destrucción masiva (ADM). Esta tendencia a anticipar los resultados más catastróficos eclipsa los riesgos más frecuentes e inmediatos asociados al uso de drones por agentes no estatales.

Según el Informe Mundial de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo sobre la Adquisición, Armamento y Despliegue de Sistemas Aéreos no Tripulados por Grupos Armados No Estatales con Fines Terroristas, las amenazas reales son a menudo menos sensacionalistas, pero no por ello menos graves. El informe pone en entredicho esta percepción común al demostrar que la amenaza de las ADM lanzadas desde aviones no tripulados, que a menudo se destaca en la literatura, no es tan frecuente como se teme. En cambio, revela que es más probable que los programas establecidos de aviones no tripulados no estatales se centren en tipos convencionales de ataques.

Para la mayoría de estos grupos, los drones sirven como sofisticadas herramientas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). A través de las actividades de ISR, los drones pueden recopilar información crítica, que va desde el horario de las entregas de materias primas hasta los cambios de turno, el recuento de vehículos en los aparcamientos y los horarios de las patrullas de seguridad. Este tipo de vigilancia constituye una amenaza fundamental para la seguridad porque permite a agentes no estatales recabar información detallada sobre objetivos potenciales, lo que les permite planificar y ejecutar ataques más eficaces.

Dado el uso estratégico de los drones para recabar información de inteligencia, resulta imperativo que las fuerzas de seguridad apliquen contramedidas sólidas. Los sensores autónomos y los sistemas de vigilancia que pueden funcionar las 24 horas del día son cruciales. Estos sistemas deben ser capaces de detectar y vigilar los drones que merodean persistentemente sobre zonas sensibles o seguras. Manteniendo una seguridad aérea integral, podemos mitigar el riesgo que plantean los drones utilizados en funciones de reconocimiento y evitar que se conviertan en amenazas más agresivas. Este enfoque no sólo protege contra los peligros inmediatos, sino que también ayuda a prepararse para posibles escaladas futuras.

  • Una de las amenazas más destacadas en la literatura -la de las armas de destrucción masiva lanzadas desde drones- no es tan común en la realidad. "La forma más común de despliegue de UAS por parte de grupos armados no estatales es la recopilación de información, vigilancia y reconocimiento (ISR)". [3] - que afecta directamente a los organismos militares y policiales, así como a las infraestructuras críticas.
  • El segundo tipo de despliegue notificado es la perturbación e interferencia de infraestructuras críticas, como servicios públicos de energía y sitios de transporte.[2]
  • Otra amenaza generalizada de los drones que se está produciendo en estos momentos tiene que ver con el tráfico ilícito y el contrabando, que es uno de los métodos utilizados por los agentes no estatales para adquirir UAS, y el tipo de uso que estos mismos agentes no estatales están dando a los UAS, ya sea para transportar armas, drogas, dinero, etc. a través de las fronteras, a las prisiones o a cualquier otro lugar.

Figura 2: Primer plano de un UAV comercial, recuperado de un grupo armado no estatal por las fuerzas de seguridad regionales.
(documentado en enero de 2023)

Como señaló el estudio de Don Rassler ya en 2016, ciertos actores no estatales mantienen programas de drones bien organizados, cohesionados y bien financiados, distintos de aquellos que solo experimentan con la tecnología de los drones brevemente antes de dejar de utilizarla.

Define este concepto más concretamente con dos indicadores clave: (1) el uso regular y sustancial de drones, y (2) la creación y mantenimiento de infraestructuras destinadas a un uso a medio y largo plazo.

Figura 3: Tipología del uso de drones por agentes no estatales violentos
Fuente: Estudio comparativo del uso de drones con fines violentos no estatales en Oriente Medio

Un programa de drones es gestionado eficazmente por una organización que presenta varias características clave. En primer lugar, tiene una estructura organizativa clara y específica para las actividades relacionadas con los drones. En segundo lugar, existe una integración perfecta de las operaciones con drones con otras actividades operativas dentro de la organización. Las entidades no estatales integran las operaciones con drones con sus otros sistemas de armas, empleando estratégicamente los drones para reforzar sus objetivos operativos y planes estratégicos. En tercer lugar, existe el compromiso de asignar recursos sustanciales o adecuados para apoyar estas actividades con drones. Estos elementos fundamentales conducen a varios resultados observables, como el uso prolongado y generalizado de drones en diversas dimensiones geográficas y temporales. Además, se hace hincapié en el desarrollo de una sólida infraestructura de mando, control y operaciones que facilite las complejas operaciones con drones.

También debe tenerse en cuenta el nivel de inversión en el desarrollo de drones, especialmente en el contexto de las innovaciones tácticas y técnicas. Las iniciativas en materia de drones son dinámicas y están en continua evolución. Las entidades no estatales agresivas que desarrollan estos programas pretenden obtener una ventaja estratégica sobre adversarios más establecidos introduciendo tecnologías innovadoras, mejorando sus capacidades y empleando elementos de sorpresa."

Los programas de aviones no tripulados no estatales requieren una importante adaptación táctica, ya que los ejércitos no sólo deben hacer frente a un nuevo tipo de ataque, sino también tener en cuenta las posibles contribuciones de la vigilancia y la recopilación de información de los aviones no tripulados a los ataques terrestres.

El peligro de los actores no estatales: programas de drones que innovan constantemente.

La amenaza de los programas de aviones no tripulados operados por actores no estatales se deriva principalmente del énfasis estratégico que estas organizaciones ponen en la innovación continua y la mejora de las prácticas técnicas y tácticas relacionadas con el uso de aviones no tripulados. Este empeño persistente por mejorar sus capacidades en materia de drones plantea un desafío polifacético a los esfuerzos de seguridad nacional encaminados a mitigar tales amenazas.

Estos grupos muestran una notable flexibilidad e innovación en el uso de drones, adaptando sus estrategias y tecnologías para superar las contramedidas y explotar las vulnerabilidades. Sus afiliaciones con patrocinadores estatales son fluidas, lo que les permite desarrollar complejos patrones de intercambio tecnológico a lo largo del tiempo. Además, suelen complementar el apoyo estatal con recursos procedentes de otras fuentes, lo que complica aún más el panorama de la seguridad.

El enfoque que estos grupos adoptan hacia la innovación puede segmentarse en tres áreas distintas: adquisición, armamento y uso, cada una de las cuales contribuye de forma única al panorama de las amenazas.

  • Adquisición: Los métodos que emplean estas organizaciones para adquirir drones están evolucionando. No sólo buscan nuevos modelos y sistemas que puedan burlar las defensas actuales, sino que también adaptan sus estrategias de adquisición para incorporar tecnologías de vanguardia. Esto incluye la adquisición de drones capaces de transportar cargas útiles avanzadas e incorporar nuevos protocolos de vuelo y navegación que los hagan más difíciles de detectar y neutralizar.
  • Armamento: Existe una variación significativa en la forma en que los actores no estatales convierten en armas los sistemas aéreos no tripulados (UAS). Mientras que el armamento tradicional incluye la colocación de explosivos u otros agentes dañinos, el término se ha ampliado para incluir la integración de equipos de vigilancia que pueden mejorar la capacidad del dron para llevar a cabo ataques selectivos. El armamento de los drones evoluciona continuamente, lo que sugiere que es probable que el aumento del uso ofensivo de drones aumente significativamente. Las actuales capacidades ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento) facilitadas por los drones podrían transformarse pronto en un uso más agresivo y generalizado en operaciones ofensivas.
  • Utilización: El posible uso indebido de drones por parte de grupos terroristas e insurgentes es amplio y diverso, y se dirige a un amplio espectro de objetivos y lugares. Los fines estratégicos para los que se despliegan los drones varían mucho de un grupo a otro, reflejando a menudo la naturaleza específica de los conflictos en los que participan. Los drones ofrecen a estos grupos un método de bajo coste y bajo riesgo para enfrentarse a sus enemigos, recabar información y perturbar las operaciones de sus adversarios, lo que los convierte en una opción atractiva para diversos fines militares y no militares.

Cuadro 1 : Proporción de Estados encuestados por la ONU en cada región que observaron el despliegue de UAS para usos particulares
Fuente: Informe mundial sobre la adquisición, el armamento y el despliegue de sistemas aéreos no tripulados por grupos armados no estatales con fines terroristas

Además, el rápido ritmo al que evoluciona la tecnología de los drones implica que las medidas defensivas también deben actualizarse y adaptarse continuamente. Esta dinámica crea un ciclo perpetuo de acción y reacción entre los grupos que utilizan drones y las fuerzas de seguridad nacionales. La integración estratégica de los drones en los marcos operativos más amplios de estos grupos mejora sus capacidades generales de combate y estratégicas, permitiéndoles ejecutar estrategias ofensivas y defensivas complejas y de múltiples capas.

Tecnología y amenazas de los drones: Ningún plan para el futuro uso indebido por parte de agentes no estatales

La escalada de la amenaza de los drones por parte de actores no estatales no sólo es consecuencia directa de los avances en la tecnología de los drones, sino también producto de los planteamientos estratégicos e innovadores de estos grupos a la hora de adaptar estas tecnologías para diversos fines combativos y no combativos. A medida que estas tecnologías se hacen más accesibles y sus capacidades se amplían, el entorno de seguridad global se enfrenta a retos cada vez mayores que requieren respuestas igualmente sofisticadas ante amenazas futuras difíciles de predecir.

Como explican Yannick Veilleux-Lepage y Emil Archambault en su "Comparative Study of Non-State Violent Drone Use in Middle East", existe "No existe una única ruta de desarrollo para el uso de drones por parte de entidades no estatales, ni tampoco un patrón que estos grupos quieran seguir para ampliar sus capacidades. Cada organización utiliza los drones de una manera que es única para su propio conjunto de parámetros logísticos, políticos y estratégicos."

Por lo tanto, los ejércitos y los Estados que se enfrentan a los programas de drones deben mantener un enfoque holístico. Aunque pueden basarse en prácticas existentes que han tenido diversos grados de éxito en la lucha contra las amenazas de los drones y emprender acciones preventivas para mitigar el alcance de los programas de drones, los enfoques deben considerar los programas de drones no sólo como una amenaza distinta y aislada, sino también como parte de operaciones militares, estrategias y procesos de conflicto más amplios. Fondo de forma

Los enfoques para mitigar la amenaza que suponen los programas de drones violentos no estatales pueden clasificarse en cuatro categorías:

  • Táctica
  • Logística
  • Tecnología
  • Comercial/preventivo

Aunque es necesario combinar elementos de múltiples categorías, en este blog nos centraremos en la respuesta tecnológica.

Dominio del protocolo y adaptación rápida a las amenazas de los drones

La necesidad de soluciones C-UAS de alto rendimiento

La tecnología contra los UAS, crucial para mitigar la amenaza que suponen los programas de drones violentos no estatales, se centra tradicionalmente en la detección, el seguimiento y la identificación de drones; o en métodos de neutralización. A menudo se ven limitados por inconvenientes específicos, como:

  • Proporcionar una imagen aérea imprecisa de la situación
  • Generación de muchos falsos positivos
  • Creación de interferencias con otras señales de comunicación y GNSS
  • Su incapacidad para diferenciar a los amigos de los zánganos deshonestos
  • Complejidad de instalación y funcionamiento
  • Rentabilidad subóptima
  • Y más...

Pero el mayor reto al que se enfrentan la mayoría de las soluciones C-UAS es el ritmo al que cambian las amenazas. Constantemente salen nuevos drones al mercado, junto con nuevos protocolos o modificaciones de protocolos, y los avances tecnológicos generales en el mercado de los drones hacen que sea muy difícil seguir siendo relevante como proveedor de contra-drones.

Las soluciones líderes en tecnología de Sentrycs introducen una avanzada tecnología Cyber over RF (CRF) que es transformadora no sólo por la forma en que supera las limitaciones anteriores, sino también por su capacidad para adaptarse rápidamente a nuevas amenazas, como nuevos drones, nuevos protocolos, etc. a medida que evolucionan.

Basado en una tecnología protocolo de comunicación Gracias a la investigación y el desarrollo, las soluciones Sentrycs adaptive C-UAS pueden detectar de forma pasiva drones comerciales, seguir su vuelo e identificar su modelo y número de serie e identificación únicos, lo que permite distinguir entre drones amigos y enemigos. Una vez que un UAS se convierte en una amenaza, el sistema se acopla al dron y lo hace aterrizar de forma segura en una zona predefinida.

Sentrycs pueden desplegarse de forma independiente o como parte integrante de soluciones C-UAS multicapa más amplias, para permitir una protección eficaz contra distintos tipos de drones sin crear interferencias ni perturbaciones.

Aunque se trata de una tecnología basada en bibliotecas, sus sistemas probados en combate presentan una rápida comercialización y una fácil actualización, y son compatibles con la mayoría de los últimos modelos de drones comerciales, incluidos los dispositivos DJI que han pasado por la última actualización de firmware de la empresa.

Este compromiso continuo con la innovación cumple la promesa de soluciones C-UAS adaptables a largo plazo: no importa qué retos traiga el futuro, Sentrycs está preparado para superarlos.

FUENTES: