Europa bajo el asedio de los drones: Lecciones contra los UAS para los aeropuertos
Índice
La noche del 22 de septiembre de 2025, dos drones no identificados obligaron a cerrar temporalmente el aeropuerto de Copenhague, dejando en tierra decenas de vuelos y atrapados a miles de pasajeros. A las pocas horas, el aeropuerto de Oslo (Gardermoen) sufrió una interrupción similar. Lo que al principio parecían perturbaciones aisladas se convirtió rápidamente en una oleada de incursiones de drones en múltiples aeropuertos europeos e instalaciones militares. Estos sucesos ponen de manifiesto lo vulnerable que se ha vuelto el espacio aéreo moderno frente a sistemas aéreos no tripulados relativamente baratos y sofisticados, y plantean cuestiones urgentes para la aviación y la seguridad nacional.
Por qué son importantes estos incidentes: Vulnerabilidades del espacio aéreo al descubierto
A finales de la misma semana, los avistamientos de drones provocaron el cierre de los aeropuertos daneses de Billund, Aalborg y Esbjerg, y se registraron varios incidentes cerca de bases aéreas militares. Las autoridades danesas describieron la situación como un posible “ataque híbrido”: deliberado, estratégico y lo suficientemente sofisticado como para eludir las defensas tradicionales.
La incursión inicial en Copenhague duró casi cuatro horas, interrumpió todos los despegues y aterrizajes y afectó a unos 50 vuelos. La policía describió posteriormente los drones como “grandes y capaces”, que operaban en el espacio aéreo restringido con precisión.
En Noruega, las autoridades cerraron temporalmente el espacio aéreo en torno a Oslo después de que varios pilotos informaran de actividad de drones en las inmediaciones. En 48 horas, reaparecieron perturbaciones similares en toda Dinamarca, cerca de instalaciones militares, incluidas las que albergan cazas F-35, lo que provocó una prohibición nacional de los vuelos de drones civiles.
Después, cuando los cielos nórdicos se calmaron, el problema se trasladó al sur. Los días 2 y 3 de octubre de 2025, el aeropuerto de Múnich suspendió sus operaciones dos veces en 24 horas tras avistar drones cerca de sus pistas, lo que afectó a miles de pasajeros y obligó a cancelar decenas de vuelos. La policía alemana calificó las interrupciones de “interferencia intencionada”, aunque los autores siguen sin ser identificados.
En conjunto, estos incidentes ocurridos en Dinamarca, Noruega y Alemania no sólo han perturbado las operaciones, sino que han servido como prueba de resistencia real para la preparación de Europa frente a las crecientes amenazas de los drones. Pusieron de manifiesto vulnerabilidades críticas en las capacidades de control y detección del tráfico aéreo, subrayando cómo un puñado de drones pequeños y baratos pueden paralizar algunas de las redes de transporte más avanzadas del mundo.
Consecuencias de las perturbaciones causadas por drones en los aeropuertos
Cuando un dron no autorizado entra en un espacio aéreo restringido, aunque sea durante unos minutos, los efectos van mucho más allá de la parada inmediata. Las suspensiones, desvíos y cancelaciones de vuelos crean un efecto dominó que puede tardar días en resolverse. Las aeronaves y las tripulaciones se ven desplazadas, las operaciones aeroportuarias se paralizan y miles de pasajeros se quedan tirados, con el consiguiente coste financiero y de reputación.
Impacto económico
En virtud del Reglamento 261/2004 de la UE, las aerolíneas deben compensar a los pasajeros por retrasos y cancelaciones, lo que añade una responsabilidad significativa. Aunque no hay datos agregados disponibles públicamente sobre los 2025 incidentes, el incidente con drones del aeropuerto de Gatwick (2018) provocó más de 1 000 vuelos cancelados o desviados, afectó a aproximadamente 140 000 pasajeros y causó pérdidas combinadas superiores a 50 millones de libras para las aerolíneas y el aeropuerto.
Más allá del coste económico, estas perturbaciones erosionan la confianza pública en la seguridad de la aviación y ponen de manifiesto deficiencias sistémicas en el control del espacio aéreo. Para los gobiernos, las incursiones frecuentes o coordinadas plantean el espectro de las amenazas híbridas: tácticas diseñadas para poner a prueba la preparación, los protocolos de respuesta o causar trastornos económicos sin confrontación directa.
En última instancia, las incursiones de drones se han convertido en una prueba de alto riesgo para la continuidad operativa. El coste de una sola perturbación grave demuestra por qué la inversión en soluciones contra los UAS fiables y conformes a la normativa no es solo una necesidad técnica, sino un imperativo económico.
Limitaciones operativas de las tecnologías contra-UAS para aeropuertos
A pesar de la rápida innovación, ningún método ofrece una solución completa o exenta de riesgos, especialmente en entornos civiles regulados. Cada método de detección y mitigación tiene sus limitaciones: puntos ciegos técnicos, dependencias medioambientales y restricciones legales o de seguridad.
Estas limitaciones ponen de manifiesto que los sistemas físicos o de perturbación de señales por sí solos no pueden satisfacer los requisitos de los aeropuertos modernos.
Por qué la ciberfrecuencia establece una nueva norma de seguridad aeroportuaria
Las perturbaciones de 2025 demostraron que las medidas tradicionales contra los UAS tienen dificultades para ofrecer precisión, control y cumplimiento. Ciberradiofrecuencia (CoRF) proporciona una enfoque diferente analizando los protocolos de radiofrecuencia utilizados por los drones, identificando los enlaces entre operadores y drones y permitiendo una mitigación segura y selectiva.
Principales ventajas del FRC
Conocimiento de la situación en tiempo real: Proporciona visibilidad total en el espacio aéreo, identifica los drones por su firma de comunicación, localiza a los operadores y permite aterrizajes controlados.
Precisión sin interferencias: Apunta sólo a drones hostiles; deja intactos GNSS, Wi-Fi y sistemas autorizados.
Control en lugar de caos: Permite a los equipos de seguridad actuar de forma legal y decisiva sin interrumpir las operaciones normales.
Coexistencia segura con operaciones autorizadas: Diferencia entre drones cooperativos y drones deshonestos.
Cumple la normativa y está preparado para la aviación: Cumple los requisitos de seguridad aérea y reglamentarios en materia de radiofrecuencia.
Adaptable y preparado para el futuro: Reconoce nuevos protocolos mediante descodificación asistida por IA.
Integración flexible en todo el ecosistema aeroportuario: Escalable para pistas, tejados o patrullas móviles.
Sentrycs Cyber Over RF: la evolución de la protección contra drones en aeropuertos
Sentrycs ha desarrollado una solución contra-UAS sencilla, eficaz y probada que cumple las exigentes normas de la aviación moderna, donde la precisión, el cumplimiento y la continuidad no son negociables. Nuestro Ciberradiofrecuencia (CoRF) no se limita a detectar una amenaza, sino que restablece el control, lo que permite a los aeropuertos actuar con decisión y legalidad, neutralizando los drones no autorizados sin afectar a las operaciones legítimas.
Qué garantiza la tecnología CoRF
Funcionamiento autónomo: Mínima intervención del operador, integración perfecta con los centros de mando de los aeropuertos.
Despliegue flexible: Escalable para instalaciones fijas, patrullas móviles o cobertura temporal.
Detección basada en protocolos: Identifica drones y operadores no autorizados en tiempo real.
Mitigación segura: Garantiza cero interferencias con GNSS, comunicaciones o sistemas críticos de vuelo.
Cyber Over RF representa la siguiente fase de la protección del espacio aéreo aeroportuario, La precisión, la confianza y la certeza permiten realizar operaciones seguras, conformes e ininterrumpidas.
Preguntas frecuentes sobre las perturbaciones causadas por drones en los aeropuertos
P1: ¿Qué ocurre cuando un dron entra en el espacio aéreo restringido de un aeropuerto? Las autoridades suspenden los despegues y aterrizajes hasta que se localiza o neutraliza el dron, para evitar colisiones en pleno vuelo o interferencias con los sistemas de navegación de las aeronaves.
P2: ¿Cómo detectan e identifican los aeropuertos los drones? Los aeropuertos utilizan sensores basados en radar, ópticos y de radiofrecuencia, a menudo integrados con plataformas contra-UAS como Cibersobre RF, para detectar y clasificar las amenazas de los drones en tiempo real.
P3: ¿Por qué Cyber Over RF es más seguro que los sistemas de interferencia o láser? Dado que opera a nivel de protocolo, sólo ataca el enlace de comunicación del dron no autorizado, garantizando que no se interrumpan los sistemas Wi-Fi, GNSS o de aviación.
P4: ¿Cuáles son los efectos económicos de las perturbaciones provocadas por los drones? Incluyen cancelaciones de vuelos, costes de indemnización y pérdida de ingresos aeroportuarios. Solo el incidente de Gatwick de 2018 causó más de 1.000 millones de euros. 60 millones de libras en pérdidas.