La guerra en el siglo XXI está experimentando una transformación sísmica. La guerra asimétrica, antaño la excepción, se ha convertido en la norma, redefiniendo los conflictos a escala mundial. Este cambio es evidente en los recientes conflictos en Oriente Próximo y Europa, donde han surgido tácticas no convencionales junto al combate tradicional. Esta forma de guerra suele enfrentar a fuerzas estatales convencionales con actores no estatales (ANE), como guerrilleros, terroristas y organizaciones criminales. En regiones como Siria, donde las estructuras estatales se han fragmentado, los campos de batalla tradicionales están dando paso a enfrentamientos descentralizados e impulsados por la tecnología.

Comprender la dinámica de los conflictos asimétricos

La guerra asimétrica se caracteriza por un desequilibrio de poder entre fuerzas opuestas, en las que los adversarios más débiles adoptan tácticas no convencionales para contrarrestar la fuerza superior de sus oponentes. Estos conflictos suelen implicar a fuerzas estatales que se enfrentan a actores no estatales, como insurgentes, guerrilleros o terroristas. La disparidad de poder, recursos y capacidades determina los enfrentamientos, haciendo que la guerra asimétrica, rasgo definitorio de los conflictos modernos.

La asimetría estratégica desempeña un papel fundamental, ya que las fuerzas más débiles emplean estrategias indirectas diseñadas para prolongar los enfrentamientos y erosionar la determinación de los adversarios más fuertes. Mientras tanto, los actores más fuertes suelen favorecer los enfrentamientos directos, que pueden resultar política y socialmente costosos, lo que limita su capacidad para mantener campañas prolongadas.

Los grupos no estatales suelen estar formados por individuos movidos por vínculos ideológicos, religiosos, financieros o familiares, lo que difumina las distinciones entre soldados tradicionales y delincuentes. La guerra asimétrica también oscurece los límites convencionales entre la guerra y la paz, los papeles militares y civiles, e incluso las fronteras geográficas. Estos conflictos se dirigen a menudo contra no combatientes y hacen hincapié en tácticas psicológicas y centradas en la legitimidad por encima de las ganancias territoriales, desafiando las normas tradicionales de la guerra.

Guerra de sólidos contra guerra de líquidos: cambio de paradigmas

Para entender las estrategias de los ANE, es crucial diferenciar entre guerra "sólida" y "líquida". La guerra sólida se centra en la conquista y el control territorial. En cambio, la guerra líquida da prioridad al desmantelamiento de las redes enemigas y tiene como objetivo las infraestructuras civiles alejadas del campo de batalla. Los sistemas aéreos no tripulados (UAS) son herramientas versátiles que sirven para ambos enfoques, ayudando a las ambiciones territoriales o realizando ataques estratégicos para debilitar a los adversarios.

El grupo sirio Hayat Tahrir al-Sham (HTS) ejemplifica este enfoque híbrido, combinando tácticas de guerrilla con la guerra de drones. Mediante el uso de técnicas de producción distribuida, como la impresión 3D y los componentes comerciales, HTS ha demostrado una notable adaptabilidad a la hora de aprovechar la tecnología para lograr objetivos tácticos y estratégicos.

Tecnologías avanzadas para la innovación de guerrilla

Las guerrillas modernas operan con una agilidad y una innovación que recuerdan a las start-ups tecnológicas. Funcionan en estructuras descentralizadas y explotan estratégicamente los avances tecnológicos para amplificar su impacto. El concepto de "guerra de las pulgas" de Richard Taber resume perfectamente sus tácticas: unidades pequeñas y móviles que emplean ataques por sorpresa para socavar fuerzas convencionales más grandes.

La guerra asimétrica evoluciona paralelamente a los avances tecnológicos. Tanto si cuentan con el apoyo de patrocinadores estatales como Irán (por ejemplo, Hezbolá y Hamás) como si se ven limitadas por la escasez de recursos, las guerrillas desarrollan, adaptan y utilizan cada vez más tecnologías avanzadas, como los drones. Estas capacidades complican los esfuerzos de los ejércitos estatales por adelantarse a las amenazas emergentes.

La cultura estratégica de los actores no estatales

El éxito de los ANS en la guerra moderna se debe a la evolución de su cultura estratégica, conformada por la identidad, las narrativas históricas y las estructuras organizativas. Grupos como HTS han pasado de ser insurgencias poco organizadas a fuerzas híbridas con capacidades militares de nivel medio. Aprovechando las redes mundiales de conocimiento y explotando la tecnología disponible, estos actores emplean ahora estrategias antes reservadas a los ejércitos estatales. Esta evolución desafía los supuestos tradicionales, demostrando que los ANS son capaces de una planificación y ejecución sofisticadas, como demuestra su avanzado uso de drones.

Los drones como herramienta de cambio en la guerra asimétrica: Oriente Próximo en el punto de mira

La evolución de la guerra con drones en Oriente Próximo ofrece una visión aleccionadora de cómo los drones amplifican la asimetría en los conflictos modernos. El conflicto palestino-israelí ejemplifica las diversas formas en que los actores no estatales aprovechan los UAS para obtener beneficios tácticos y estratégicos, con más de 1300 UAV lanzados contra Israel desde Gaza, Líbano, Yemen, Irak e Irán:

  • Gaza: Durante el asalto a Israel del 7 de octubre, Hamás demostró la utilidad táctica de los drones al inutilizar sensores fronterizos de alta tecnología, lo que permitió incursiones terrestres coordinadas. Esta operación puso de manifiesto la capacidad de los drones para desbaratar defensas avanzadas y facilitar maniobras ofensivas
  • Líbano: Hezbolá se ha consolidado como una fuerza significativa en la guerra de drones, empleando vehículos aéreos no tripulados para operaciones de vigilancia y ofensivas. Con el firme respaldo de Irán, Hezbolá ha utilizado drones para atacar infraestructuras militares y civiles israelíes, al tiempo que recopilaba información esencial sobre lugares estratégicos.
  • Yemen: Los Houthis han empleado drones para atacar infraestructuras críticas, incluidas instalaciones petrolíferas, y han demostrado tener capacidad para lanzar misiles de largo alcance. Su capacidad para extender su alcance operativo más allá de las fronteras de Yemen pone de relieve el valor estratégico de los drones en la guerra asimétrica.

El ejemplo más reciente e interesante del uso de drones es la guerra civil siria que precedió a la caída del régimen de Assad. Antes de la caída de Damasco, Hayat Tahrir al-Sham (HTS) empleó drones para reconocimiento y ataques selectivos, perturbando significativamente las operaciones militares.

El carácter mundial de este fenómeno es igualmente sorprendente. Según una investigación publicada en Perspectivas sobre el terrorismoSegún un informe de la ONU, entre 2017 y 2023, actores no estatales violentos (ANEV) han participado en 1.122 incidentes registrados de ataques armados con vehículos aéreos no tripulados en todo el mundo. Estos incidentes abarcan varias regiones, incluidos México y Ecuador en América, Oriente Medio y el Norte de África, y hasta Myanmar, lo que demuestra la adopción generalizada de drones como arma de elección en conflictos asimétricos.

Número de ataques por región: Todavía apuntando a los objetivos más difíciles: Actualización sobre el uso de vehículos aéreos no tripulados armados por parte de agentes no estatales violentos, Harvard Haugstvedt, Perspectiva sobre el Terrorismo, Volumen XVIII, marzo de 2024.

La rápida evolución de la tecnología de los drones está introduciendo nuevas complejidades en la guerra moderna, en la que los actores no estatales aprovechan cada vez más las innovaciones avanzadas:

  • Drones que saltan de frecuencia: Estos drones eluden las interferencias tradicionales cambiando dinámicamente de frecuencia, lo que aumenta su resistencia a las contramedidas electrónicas.
  • Drones FPV y guiados por IA: Los drones con visión en primera persona, a menudo equipados con inteligencia artificial, permiten a los operadores ejecutar ataques de precisión con mayor autonomía y reducir los daños colaterales.
  • Enjambres de drones: Los enjambres coordinados desbordan las defensas al presentar múltiples amenazas simultáneas, lo que aumenta la probabilidad de éxito de los ataques.
  • Limitaciones de los sistemas C-UAS basados en bibliotecas: Los drones fabricados a medida y los protocolos en constante evolución superan a los sistemas tradicionales contra drones, lo que subraya la necesidad de tecnologías adaptativas en tiempo real.

Cómo adelantarse a la amenaza de los drones

La rápida evolución de la guerra con drones subraya la urgente necesidad de estrategias de varios niveles contra los UAS (C-UAS). Los actores no estatales (ANE) están perfeccionando continuamente sus tácticas, aprovechando las tecnologías avanzadas para ampliar su alcance e impacto. En este entorno de alto riesgo, los Estados deben dar prioridad a las inversiones en soluciones adaptativas basadas en IA para contrarrestar las amenazas cada vez más sofisticadas. Los esfuerzos de colaboración entre las partes interesadas de la industria, los organismos reguladores y los usuarios finales son esenciales para desarrollar defensas integrales. Al mantenerse proactivo e innovador, el sector de los C-UAS puede garantizar que sus soluciones se mantengan un paso por delante del siempre cambiante panorama de las amenazas de los drones.

El avanzado sistema C-UAS de Sentrycs está diseñado para hacer frente a los retos destacados en este entorno de amenazas. El uso innovador del sistema de detección pasiva, combinado con el análisis avanzado de protocolos de RF, el aprendizaje automático y la IA, garantiza una precisión excepcional en la identificación y mitigación de drones no autorizados. Su capacidad para rastrear y localizar a los operadores de drones, al tiempo que distingue entre vehículos aéreos no tripulados amistosos y hostiles, es fundamental en escenarios de guerra asimétrica donde los actores no estatales explotan la tecnología de drones para obtener ventajas estratégicas.

El diseño modular del sistema permite un despliegue a medida en diversos entornos operativos, garantizando una protección eficaz contra una amplia gama de amenazas de drones. En particular, Sentrycs ha demostrado sistemáticamente su liderazgo a la hora de hacer frente a los retos emergentes, siendo uno de los primeros en adaptarse a los protocolos de comunicación cifrados de los nuevos drones, incluidos los dispositivos DJI, a medida que evolucionan.

En un panorama definido por rápidos avances tecnológicos y adversarios adaptables, Sentrycs ejemplifica la innovación necesaria para mantenerse en cabeza. Sus soluciones no solo abordan la amenaza inmediata de los drones en la guerra asimétrica, sino que también proporcionan una base para estrategias de defensa adaptables a largo plazo que se ajustan a las complejidades de los conflictos modernos.