Muchos yacimientos terrestres de petróleo y gas se descubren en algunas de las regiones más remotas y hostiles, lo que significa que los operadores de plataformas responsables de cualquier nueva instalación ya dan prioridad a la seguridad. Las instalaciones en alta mar se encuentran igualmente en zonas de alto riesgo: se enfrentan a fuertes vientos, icebergs, posibles colisiones con buques que se desvían de su rumbo, y además, debido a su situación aislada, prevalece el temor al sabotaje, el terrorismo y la piratería. El uso de drones no autorizados en torno a las plataformas petrolíferas y de gas no es sólo una molestia, sino que es adverso, agresivo y debe ser visto como tal para adelantarse y desviar cualquiera de los intentos de interrumpir o interferir con las operaciones o el personal. Las empresas petroleras y de gas deben estar preparadas, equipadas y formadas para administrar contra-soluciones si quieren eliminar con éxito las amenazas.
Ataques directos con drones
Para muchas de las empresas que operan en África Occidental o Central, son frecuentes los ataques a yacimientos, los secuestros, los robos y otras actividades relacionadas con el terrorismo. Según la Nigerian National Petroleum Corporation, los delincuentes roban más de 400.000 barriles de petróleo al día en el país. Otro informe de Concha destacó que el 90% de los principales vertidos de petróleo en Nigeria se debían a la interferencia de terceros, una estadística devastadora para el sector y para un Estado tan dependiente de este recurso. En Europa, el año pasado se avistaron drones cerca de plataformas noruegas y se detectaron múltiples fugas de gas en los gasoductos Nord Stream, que conectan Rusia y Alemania, lo que provocó el vertido de gas natural al mar Báltico. Las autoridades danesas y suecas indicaron que los incidentes no fueron accidentales.
Este tipo de sabotaje ha hecho que las naciones y las empresas tomen precauciones, aborden sus vulnerabilidades y demuestren su vigilancia. Proteger un emplazamiento de un ataque con drones puede implicar el empleo de drones de vigilancia que proporcionen información en directo sobre una zona específica, transmitiendo actualizaciones minuto a minuto, revelando cualquier signo de vandalismo, sabotaje o anomalía en tiempo real. Además, la tecnología contra drones puede señalar cualquier cosa inusual a los responsables de seguridad o de la plataforma para obtener una respuesta rápida. Soluciones contra drones se centra en localizar, vigilar y neutralizar las amenazas de los drones y garantiza que el sector del petróleo y el gas se mantenga un paso por delante de los delincuentes.
Un ataque a una instalación de petróleo y gas podría ser incendiario, de consecuencias inmediatas y catastróficas para los trabajadores de la plataforma y para la propia empresa. En 2018, Greenpeace lanzó un dron sobre el espacio aéreo de una central nuclear y lo estrelló contra el contenedor de la pila de combustible. Este fue un disparo de advertencia. Volar directamente contra el motor de refrigeración de una central nuclear sería masivamente destructivo. Cualquier contra-solución a los ataques de drones debe ser capaz de detectar naves hostiles y monitorizar sus movimientos. El radar puede vigilar y detectar, mientras que la interferencia intercepta las señales entre el dron y el operador. Estas son dos capacidades cruciales que debe ofrecer una solución, pero en última instancia, cuanto más holística y adaptable sea una solución, mejor, ya que tiene que funcionar en entornos complejos, diferenciando entre drones amigos y enemigos, al tiempo que se integra con los sistemas de seguridad existentes integrados en la propia instalación.
Consejos para el lector
- Vigilancia exhaustiva: Despliegue de drones de vigilancia equipados con capacidad de transmisión en directo para vigilar continuamente las zonas designadas.
- Tecnología contra drones integrada: Implantar sistemas contra drones que puedan detectar, rastrear y neutralizar rápidamente los drones no autorizados.
- Soluciones integrales de seguridad: Elija soluciones contra drones adaptables a entornos complejos y capaces de distinguir entre drones amigos y hostiles.
Volar sin pensar
Una de las amenazas más imprevisibles, pero igualmente amenazadoras, es la ignorancia y la falta de experiencia. Muchos pilotos de drones no tienen formación suficiente, no siguen las normas e ignoran o desconocen las restricciones de las zonas de exclusión aérea. El operador descuidado de un dron no tiene una misión ni una trayectoria de vuelo mensurable, pero puede causar tantos daños sobre una plataforma petrolífera como uno pilotado con intención de hacer daño. Un avión no tripulado que se estrelle en una instalación, que choque con un helicóptero en pleno vuelo o que se cruce con un avión no tripulado autorizado en el emplazamiento puede provocar pérdidas de negocio, lesiones y otros posibles costes desastrosos. Para evitarlo, las instalaciones petrolíferas y de gas deben desplegar un sistema completo, de extremo a extremo, que pueda reaccionar e incautar los drones no conformes que entren en su espacio aéreo en cualquier punto y en cualquier momento. Esto significa que la cobertura no se limita a predecir dónde puede producirse una infracción, sino que revisa cada centímetro de una instalación en busca de infracciones, intencionadas o no.
Secuestro y espionaje con drones
Las amenazas materiales se presentan de muchas formas, y el acceso, robo o apropiación indebida de información de una instalación puede ser tan ruinoso como un ataque físico. Una conexión WiFi rudimentaria hace que un dron sea susceptible de ser secuestrado y de que se modifique su trayectoria o se consiga información. Para los delincuentes que buscan una ventaja, acceder a la señal de vídeo del dron sin ser detectados no sería difícil.
En torno a las plataformas marítimas noruegas se han avistado drones sobre un espacio especialmente sensible y prohibido. Con las tensiones exacerbadas desde el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, cualquier vuelo no autorizado de drones se considera con extrema suspicacia, y la preocupación por el espionaje es alta. En otoño de 2022, cuatro rusos fueron detenidos por fotografiar zonas confidenciales en Noruega. Se trata de un problema mundial, y muchas autoridades redoblan sus esfuerzos para contrarrestar el espionaje industrial. Como motores vitales de la economía, las refinerías de petróleo suelen ser objeto de avances ilegales por parte de regímenes antagonistas. Asegurar el perímetro de las instalaciones petrolíferas y gasísticas e implantar una tecnología defensiva eficaz es clave para gestionar cualquier intrusión no autorizada de drones.
Conclusión
Para salvaguardar a su pueblo, proteger las infraestructuras críticas y recursos por valor de miles de millones de dólares, la industria del petróleo y el gas debe planificar cada posible ataque a sus instalaciones, ya sea espionaje, el control de drones autorizados o un ataque físico directo, e instalar las soluciones adecuadas para controlar, mitigar y gestionar la amenaza. En colaboración con las autoridades nacionales, los reguladores y los organismos industriales multinacionales, el sector del petróleo y el gas debe perfeccionar los protocolos para garantizar que sean herméticos y aplicar contramedidas sólidas, de modo que la respuesta de las instalaciones, ya sea en Noruega o en Nigeria, sea proactiva y formidable.