El auge de las amenazas de los drones

 Los sistemas de aeronaves no tripuladas (C-UAS) representan un campo relativamente incipiente. El reconocimiento de los sistemas aéreos no tripulados (UAS) ha demostrado su versatilidad en numerosas aplicaciones legítimas. Sin embargo, también introducen una serie de amenazas potenciales, una conciencia que tardó en manifestarse plenamente. La mayor conciencia de estas amenazas surgió especialmente tras el conflicto entre Ucrania y Rusia, en el que los UAS demostraron su capacidad para funcionar no sólo como armas, sino también como potentes herramientas de espionaje y reconocimiento. Llevo años en el sector y he visto la versatilidad de los UAS en numerosas aplicaciones legítimas. Pero las amenazas potenciales, especialmente tras el conflicto entre Ucrania y Rusia, se hicieron demasiado reales. Los drones empezaron a verse no solo como herramientas, sino como armas potenciales y dispositivos de espionaje.

Respuestas iniciales y sus deficiencias

La respuesta inicial consistió en adaptar los sistemas convencionales de defensa aérea a las soluciones C-UAS. Lamentablemente, este enfoque reveló varias insuficiencias, sobre todo al enfrentarse a los pequeños UAS comerciales. Cada vez era más evidente que el espectro de riesgos asociados a los pequeños UAS se extendía más allá del campo de batalla y abarcaba diversas categorías:

  •  UAS armados
  •  Contrabando transfronterizo y en centros penitenciarios
  • Actividades de reconocimiento y espionaje que afectan a intereses militares, industriales y personales
  •  Peligros relacionados con las colisiones en pleno vuelo, que afectan tanto al tráfico aéreo como a la gestión del tráfico no tripulado (UTM).

Muchas de estas amenazas trascendieron los contextos militares y plantearon retos en entornos urbanos. Los sistemas C-UAS tradicionales resultaron a menudo engorrosos y, en muchos casos, totalmente ineficaces.

Adaptaciones y limitaciones tecnológicas

Las adaptaciones tecnológicas de los sistemas de defensa antiaérea incluían principalmente radares, escáneres de radiofrecuencia (RF) y sistemas electro-ópticos (EO), con fines de detección y seguimiento. La mitigación planteó un desafío más desalentador, ya que los misiles convencionales y la artillería antiaérea demostraron ser ineficaces y prohibitivamente costosos, lo que los hacía inadecuados para su despliegue en zonas urbanas. En consecuencia, las tecnologías de guerra electrónica (EW), como los métodos de interferencia y pulso electromagnético (EMP), ganaron adeptos para su conversión en soluciones C-UAS. Las tecnologías cinéticas, como los drones kamikaze, las contramedidas basadas en redes y otros conceptos creativos, también entraron en escena.

En el ámbito de la detección y el seguimiento, los radares mostraron capacidad para detectar drones no transmisores (oscuros), aunque a un coste elevado y con propensión a generar falsas alarmas. Desgraciadamente, los radares resultaron poco adecuados para el despliegue urbano y tuvieron considerables dificultades para detectar drones pequeños que volaban bajo. Los escáneres de radiofrecuencia, aunque más rentables, presentaban problemas de precisión de los datos y susceptibilidad a las falsas alarmas, sobre todo en entornos urbanos. Los sistemas EO resultaron en gran medida ineficaces para detectar drones en vuelo a menos que se apoyaran en datos de localización de sensores alternativos.

La llegada de los sistemas multisensor

Dadas las limitaciones inherentes a cada una de estas tecnologías, la llegada de los sistemas multisensor o multicapa, que integran diversas metodologías de detección en un marco unificado de Mando y Control (C2), surgió como la solución preferida. Un sistema de detección y seguimiento multisensor de este tipo podría englobar sistemas de radar, escáneres de radiofrecuencia y sistemas de observación de la Tierra, armonizando eficazmente sus capacidades.

Sin embargo, la combinación de estas tecnologías implicaba costes elevados y complejidades operativas. Además, en entornos urbanos, la eficacia de estos sistemas multisensor seguía siendo limitada, acosada por problemas de radiación excesiva y tasas de falsas alarmas inaceptables. La industria empezó a inclinarse por los sistemas multisensor, integrando diversas metodologías de detección. En Sentrycs, observamos de cerca estos avances, reconociendo los puntos fuertes pero también observando los retos, especialmente en términos de coste, falsas alarmas y dificultad para distinguir entre drones autorizados y no autorizados.

Sentrycs: una solución revolucionaria

Estos retos exigían un planteamiento fundamentalmente distinto de las soluciones C-UAS: una solución que eliminara las falsas alarmas, que funcionara eficazmente en zonas urbanas y que fuera fácil de usar, rentable y mínimamente compleja desde el punto de vista operativo. Una solución que, además, no causara interferencias y garantizara la detección y el seguimiento pasivos.

La solución C-UAS creada por Sentrycs se diseñó expresamente para contrarrestar la amenaza que suponen los drones. Basada en el análisis de los protocolos de comunicación entre los drones y sus controladores, la solución de Sentrycs mantiene un flujo continuo de información esencial, incluidas las coordenadas GPS tanto del dron como de su controlador, datos precisos de altitud y detalles de identificación únicos. Y lo que es más importante, la funcionalidad del sistema sigue siendo independiente de las señales DRI (Detect and Ranging Identification) o Aeroscope, lo que garantiza un funcionamiento sin problemas incluso fuera del alcance DRI o en escenarios en los que las señales se suprimen intencionadamente.

La solución de Sentrycs tiene un historial perfecto, con cero falsas alarmas, un impresionante alcance de detección y seguimiento de hasta 8 kilómetros o más, y unos requisitos de formación mínimos para los operadores. Y lo que es más importante, destaca en entornos urbanos y representa una alternativa rentable. Además, el sistema funciona sin causar interferencias y sus capacidades de detección y seguimiento son totalmente pasivas.

Conclusiones y recomendaciones

A lo largo de la evolución del panorama de los C-UAS, hemos visto los retos que plantean las amenazas de los drones y las limitaciones de los sistemas multisensor convencionales. Sentrycs surgió como respuesta a estos retos, ofreciendo un enfoque único basado en el análisis de los protocolos de comunicación. Aunque nuestra solución tiene sus limitaciones, como no abordar los drones oscuros y depender de un enfoque basado en bibliotecas, es compatible con la mayor biblioteca del mercado, sigue añadiendo nuevos modelos de drones con mucha frecuencia y demuestra sistemáticamente ser eficaz y rentable en diversos escenarios.

Para las organizaciones que se enfrentan a una amplia gama de amenazas de drones, la integración de Sentrycs en sus sistemas multisensor existentes puede ofrecer un aumento sustancial del rendimiento. Esta mejora se produce sin un aumento significativo de los costes, lo que la convierte en una valiosa adición a su arsenal de defensa. Aunque nuestro sistema tiene sus limitaciones, los comentarios de nuestros clientes y socios han sido abrumadoramente positivos y destaca como la solución más eficaz y segura del mercado hasta la fecha. Además, reduce el número de soluciones necesarias. Por lo tanto, creo firmemente que para muchas organizaciones, Sentrycs representa una primera y última línea de defensa suficiente. Para otras, que buscan una protección 100%, la combinación de sistemas multisensor con Sentrycs puede aumentar significativamente la eficacia. No se trata sólo de competencia; se trata de colaboración y sinergia.